Benedetta: Un acto de rebeldía que desató polémica en el siglo XVII

Después de su estreno en Estados Unidos y de su triunfo en Cannes, la película llega a las pantallas nacionales para contar la historia real de Benedetta Carlini, una monja mística y lesbiana del siglo XVII. 

 

A finales del siglo XVII, con una plaga asolando la tierra, la monja Benedetta se ve envuelta en un prohibido romance lésbico con una novicia. Benedetta, quien a partir de sus visiones religiosas dice ser enviada por Jesucristo, tendrá de inmediato un impacto trascendental que sacudirá a la Iglesia Católica hasta sus cimientos. 



Tras atraer controversias alrededor del mundo por su visión sin tapujos de la religión y la sexualidad, la más nueva película del maestro de la provocación Paul Verhoeven (BAJOS INSTINTOS, ROBOCOP, ELLE, SHOWGIRLS) llega hoy a salas de 61 ciudades mexicanas para llevar a las audiencias en un viaje alucinante por la vida de la monja hereje del siglo XVII, Benedetta Carlini. 


A finales del siglo XVII, con una plaga asolando la tierra, la monja Benedetta se ve envuelta en un prohibido romance lésbico con una novicia. Benedetta, quien a partir de sus visiones religiosas dice ser enviada por Jesucristo, tendrá de inmediato un impacto trascendental que sacudirá a la Iglesia Católica hasta sus cimientos.


En entrevista con Virginie Efira, nos platicó sobre su experiencia en el filme, y como fue que logró tener la energía necesaria para realizar un personaje tan demandante

Al leer el guión, ¿qué es lo que más te atrajo? 

 

Califiqué el guión de obra maestra en el sentido de que funcionaba en todos los niveles posibles: una epopeya teñida de poesía, una historia de amor, una obra de época, un viaje interior... Había mil maneras posibles de que la película explorara los temas característicos de Paul, que aquí se llevan a su punto máximo. El guión se abría al cielo y a la tierra, y eso parecía absolutamente vasto. Además, no se parecía a nada que hubiera leído o visto en el cine. Benedetta es un personaje loco. Su historia es loca y extraordinariamente prodigiosa. 

 

A lo largo de la película, es imposible no preguntarse hasta qué punto las acciones de Benedetta están basadas en la convicción y hasta qué punto en la manipulación. ¿Qué te dijiste a ti misma para interpretar al personaje? 

 

En mi opinión, ese es el trabajo del director. Paul decía: "Tal vez sí, tal vez no". Siempre dejaba que hubiera una pizca de incertidumbre, múltiples niveles de comprensión. Él filmaba lo que quería, y yo seguía la trayectoria que había elegido, y eso me funcionaba. Cuando le pregunté a Paul cómo debía prepararme para el papel, me respondió que debía saber lo que tenía que hacer. Esa es la mejor señal de confianza en tu actriz. Me hizo apropiarme del papel y supe que, con lo que se me ocurrió, Paul filmaría algo interesante. Tomando el ejemplo de la ambigüedad de Benedetta, ¿me corresponde a mí actuar la ambigüedad? ¿O le corresponde a él filmarla? Interpreté a Benedetta en una búsqueda, sin definir la naturaleza de esa búsqueda. Creo que es una búsqueda multifacética. No puede reducirse a un aspecto concreto, como la fe absoluta o la maquinación más tramposa. Ambos aspectos se alimentan mutuamente. Benedetta cree firmemente en Jesús y también busca el poder. No es todo dulzura y altruismo. 

 

¿Tenías ya tu propia caja de herramientas con respecto al catolicismo y a Jesús, o investigaste la relación que tienen algunas mujeres místicas con Jesús?

Por primera vez, trabajé con un coach, lo que fue muy interesante. Me ayudó no sólo a aprenderme las líneas, sino también a realizar una especie de psicoanálisis del personaje. ¿Cómo habla con Dios? ¿Qué revela eso? ¿Cuál es la naturaleza de la conexión? ¿Qué impiden o liberan sus visiones? ¿Qué le aporta el clímax físico? No se trataba de pensar en cómo iba a interpretarla, sino de tener imágenes en mente. Con Verhoeven, hay que estar preparado, no dudar. La escena de la reanimación de Benedetta, no hay que irse por las ramas ni rodar doce mil tomas. No, una reanimación, ¡son tres tomas! Paul me dijo: "Hay cosas que has hecho que nunca había imaginado, pero es muy bueno". Un gran cumplido. Paul tiene una gran experiencia y una filmografía impresionante. Tiene un enfoque amable con los demás, lo que ha creado una especie de círculo virtuoso, en el que todos asumen la responsabilidad de su aportación creativa. Me gusta ese enfoque. Me gusta que el actor se adapte. Me gusta menos cuando la gente aparece con métodos de trabajo establecidos. Lo que también me ayudó fue que no tengo miedo escénico en el plató. ¿Qué significa ser bueno o malo en una toma? Las nociones son muy confusas. 

 

En el plató, trabajas en el aquí y ahora. En una de las primeras escenas que rodamos, Benedetta está en la plaza del pueblo de Pescia, arengando a la multitud como una política. Había trescientos extras. Todos teníamos un papel en la escena. Paul estaba encorvado sobre el asistente de vídeo. Todo esto demuestra que no se trata de que yo, la actriz, cargue con toda la película sobre mis hombros. La película es mucho más que eso. Por egocentrismo, el actor podría pensar: "Vaya, tengo mucho que hacer. Todo depende de mí". ¡Tranquilo, tigre! Hay mil otros parámetros además del actor. Viendo las escenas en el monitor, pude comprobar que lo que aparece en pantalla es mucho más que el actor. Paul repetía: "No es melodramático". Efectivamente, no hay que ponerlo en evidencia. Sobre todo si interpretas a un personaje ambiguo y opaco. No muestres demasiado. Pero por dentro, es mi decisión. Puede que tenga un secreto que el cineasta no pueda ver, pero él también puede filmar lo que quiera. 

 

Algunos actores necesitan explorar la psicología y la historia de su personaje, mientras que otros se limitan a decir y hacer lo que la escena requiere de ellos en el aquí y ahora, como has dicho. Parece que perteneces a la segunda categoría. 

 

Sí. Pero eso no te impide sumergirte en lo que quieras. Puedo soñar con todo tipo de historias sobre esta joven a la que le han dicho desde los nueve años que tiene poderes asombrosos, que es la novia de Jesús. Luego, en el convento, le dicen que el sufrimiento es bueno para ti. Sin tener que elaborar una historia completa para Benedetta, puedo encontrar caminos hacia el personaje, contarme historias sobre ella. Por ejemplo, se inflige los estigmas a sí misma, pero es fácil imaginar que cree que Jesús está guiando su mano, así que sucede porque ella cree, y no al revés. 

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