Mohammad Rasoulof, cineasta iraní reconocido por su constante denuncia social, presenta en 'La semilla del fruto sagrado' una compleja narrativa que expone las tensiones entre las rígidas normas del régimen teocrático iraní y la lucha por las libertades individuales. Desde su posición en el exilio, el director estructura un relato cargado de simbolismo y reflexión, fusionando el drama familiar con el thriller político.
La historia transcurre en Teherán, donde Imán, un funcionario gubernamental y aspirante a juez, enfrenta una crisis personal y profesional tras la pérdida de una pistola asignada. Este incidente sirve como catalizador para explorar la dinámica de su familia, compuesta por su esposa Najmeh y sus hijas Rezvan y Sana. Mientras Imán lidia con las tensiones de su rol burocrático, las mujeres de su hogar encuentran en las redes sociales un espacio para observar y, eventualmente, cuestionar la represión que las rodea.
La narrativa se divide en dos mitades bien definidas. La primera se enfoca en la cotidianidad de Imán y su aparente conformidad con el sistema, en contraste con el despertar silencioso de su familia hacia las protestas lideradas por mujeres que desafían las normas impuestas. La segunda parte, en cambio, intensifica el conflicto cuando la desaparición de la pistola revela las fisuras en las relaciones familiares y en la moralidad de Imán, quien se hunde en una espiral de paranoia y control.
La puesta en escena destaca por su atmósfera opresiva, lograda mediante el uso de espacios cerrados, iluminación natural y un diseño sonoro que amplifica la tensión. Rasoulof complementa la ficción con imágenes reales de protestas en Teherán, creando un vínculo entre el drama íntimo y la realidad sociopolítica de Irán.
El elenco, liderado por Missagh Zareh como el atribulado Imán, entrega interpretaciones matizadas que reflejan la complejidad emocional de sus personajes. Mahsa Rostami, Soheila Golestani y Setareh Maleki encarnan con fuerza y credibilidad a las mujeres de la familia, cuyas acciones cuestionan el autoritarismo patriarcal.
En su núcleo, 'La semilla del fruto sagrado' utiliza la pérdida de la pistola como metáfora de la violencia institucionalizada y de la resistencia femenina frente a la opresión. La simbología del árbol y la higuera en la película refuerza la idea de resiliencia y transformación, ofreciendo una reflexión profunda sobre el impacto de las estructuras autoritarias en la intimidad familiar.
La cinta será distribuida por Cine Canibal y estrenará en salas comerciales el próximo 30 de enero de 2025.
'La Semilla del Fruto Sagrado': Un drama familiar en el corazón de la represión iraní