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Leonora (2025): la película basada en el libro de Elena Poniatowska sobre Leonora Carrington



Por Daniel Mumont 


En el panorama del cine mexicano contemporáneo, pocas películas se atreven a mirar al surrealismo no como etiqueta estética, sino como respiración vital. 'Leonora' (2025), dirigida por Thor Klein y Lena Vurma, es justamente ese tipo de apuesta: un intento por traducir a imágenes en movimiento la vida y el mundo interior de Leonora Carrington, la pintora que se convirtió en mito en México, y que ya había sido retratada por Elena Poniatowska en su novela biográfica 'Leonora'.



Con producción multinacional (México, Alemania, Rumanía y Reino Unido), filmada en inglés y español, la cinta no es tanto una biografía como un palimpsesto: un retrato donde se sobreponen la memoria, el delirio, la guerra, la rebeldía y, sobre todo, la pintura.


El jardín de James y el laberinto de Leonora


La película arranca en Xilitla, 1946. El jardín surrealista de Edward James funciona como portal hacia la vida de Carrington: infancia inglesa, juventud rebelde, el choque con la Segunda Guerra Mundial y su posterior refugio en México. Todo esto en 103 minutos que funcionan más como pinceladas que como narrativa lineal.


El guion de Klein y Vurma apuesta por lo fragmentario, por cuadros que parecen colgar de un museo imaginario. Tudor Vladimir Panduru, director de fotografía, consigue que cada plano sea un homenaje a la pintura surrealista, donde no solo está Carrington, sino también el eco de Remedios Varo y otros espíritus del movimiento.



El reto para el reparto era monumental: ¿cómo encarnar un mundo donde la cordura es apenas un paréntesis? Olivia Vinall lleva el peso protagónico, pero son las intervenciones de Cassandra Ciangherotti y Luis Gerardo Méndez las que revelan la profundidad del proyecto.


En entrevista, Ciangherotti confiesa haber llegado a la filmación ya impregnada por el universo de Leonora:


> “Había leído el libro de su sobrina Joanna Moore y me atrapó ese relato fiel. El surrealismo me parece una de las épocas más luminosas que ha tenido la humanidad, justo en medio de la oscuridad de la guerra. Me hubiera encantado pertenecer a ese grupo que rompía con todas las reglas.”


Méndez, por su parte, lo vivió desde la infancia:


> “Mi familia es de San Luis Potosí y desde niño me enfrenté a la obra de Leonora en el Centro de las Artes. Sus cuadros me perturbaban y fascinaban al mismo tiempo. Cuando Thor me propuso interpretar tres personajes distintos –el psiquiatra, el galerista y el padre– entendí que lo que buscaba era ponernos en los zapatos de Leonora, ver cómo funcionaba su mente.”


Ambos actores coinciden en que la ambientación fue esencial. No se trataba de reconstruir la época con decorados, sino de habitarla.

Ciangherotti recuerda:


> “Hubo escenas en Alemania donde cruzábamos la frontera entre Francia y España rodeados de cientos de extras vestidos como en los 40. Era imposible no sentir el horror de esa época. Y en México, los espacios y el arte de Noemí nos transportaban a una galería de los años cuarenta.”


Méndez lo enlaza con sus raíces teatrales:


> “Cassandra y yo venimos del teatro. En el teatro no tienes nada, solo al público. Aquí, en cambio, la escenografía hacía la mitad del trabajo. Estar en una galería mexicana en los 40 era tan real que solo había que estar presente, escuchar y dejarse llevar.”


El arte como refugio


Más allá de lo visual, 'Leonora' dialoga con algo profundamente contemporáneo: la salud mental. Méndez lo articula con claridad:


> “Pienso en Van Gogh, en Leonora, en Matthew Wong. Para muchos artistas, el único refugio era el arte. Pintar era sobrevivir. Para mí, la actuación también ha sido eso: un modo de exorcizar demonios y entender el mundo de otra manera.” 


En esa línea, la película funciona como espejo: habla de la locura de un siglo pasado, pero resuena en nuestras propias crisis actuales, en la necesidad de encontrar un lenguaje que rompa con lo establecido.


El gran mérito de 'Leonora' es no limitarse al homenaje. No es un mural didáctico ni una biopic complaciente. Es un viaje sensorial que, como la propia Carrington, mezcla lo místico, lo político y lo personal. La cinta se inscribe en esa corriente de cine que entiende la imagen como pintura y la pintura como experiencia vital.



La cinta nos obliga a mirar: el misterio, la risa de Remedios y Leonora frente a la solemnidad masculina, la fragilidad del cuerpo frente al peso de la imaginación, la persistencia de un arte que nos recuerda que la realidad, a veces, no basta.



Leonora (2025): la película basada en el libro de Elena Poniatowska sobre Leonora Carrington
Daniel Mumont 1 de septiembre de 2025
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